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das Mystische 2.1

Ficciones

Ficciones No sé, aquí hay algo (en la sala de máquinas) que no funciona, y no me refiero al Sr. E. El ascensor, quizá. De gitano-flamenco a funcionarial. O la simple rutina.

Esperaré la llegada de los escépticos. Al menos me provocan contradicciones intermitentes y fuga de cerebros. En el fondo me gustaría parecerme a ellos. Hasta que vuelvo a leer a Cioran; luego se me pasa.

A. G., posiblemente. Me insinúan en el tajo (caminito de la obra) que ha abrazado el aforismo de Bergamín: "Si quieres expresar la luz hazte cámara oscura". Eso sí, no me confirman en qué indescriptibles términos.

A la hora del bocadillo (chorizo de Salamanca) a todo el mundo le da por las probabilidades, la estadística, y los "juegos de palabras". Menos a Malraux, que es de la tierra, y ya está curado de espanto. ¿Un sandio? Un poeta, hombre. Malraux lo confirma: "Todo lenguaje litúrgico sometido a la Razón, y no a la poesía, está condenado a muerte".

Pues eso, eso mismo, piensa Malraux, y creo que no va desencaminado, porque la cara (me dice Malraux, señalando la foto de A.) es el espejo del alma, y a esa hora, Malraux, que en sus ratos libres trabaja de ferralla, tiene cara de cemento. Ambos, A.G. y el Sr. Malraux; cara a cara.

El cemento (la ferralla) no llama a lo mediático, al espectáculo. Los trabajadores de la construcción (por tangos) dejan en paz a Wittgenstein porque, al igual que el filósofo austriaco, saben reconocer "el límite".

1 comentario

pini -

yo me he quedado fijada con eso de los trabajadores de la construcción.
que sin ánimo de desmerecer a otros -hombres, digo- son de quienes he escuchado los mejores piropos.
el problema se da cuando insinúan un "gordita con vos dormiría sin frazada".
entonces automáticamente me miro en cuanta vidriera se me presente al paso.
y a modo de castigo, además de abandonar los postres, me prometo duplicar el tiempo de trote.
perdón por el comentario tan poco literario, pero ocurre que es lo único que se me vino a la mente, en un día triste porque sí.